sábado, 27 de noviembre de 2010

El payaso es...

...ingenuo, entusiasta, inocente y vulnerable, torpe y estúpido, curioso como un niño y soñador y realista al mismo tiempo, honesto, cree en lo que hace y se muestra tal como es.

El payaso es un creador, un provocador de risa, sensaciones y emociones. Nos hace reír, sentir y reflexionar con su visión del mundo. Nos muestra su vulnerabilidad sin tapujos, es el niño que todos llevamos dentro, todos fuimos niños, luego todos fuimos payasos. El problema es que luego crecemos y empezamos a ponernos mascaras, a edificar muros, no sea que nos hagan daño. Escondemos nuestra vulnerabilidad, y olvidamos en definitiva... aquello que fuimos: inocentes, vulnerables, torpes, curiosos, tiernos, tercos, espontáneos, entusiastas, juguetones, emotivos...

Los verdaderos clowns pueden ser buenos actores, pero para un actor puede ser mas difícil ser un buen payaso. El payaso no interpreta lo que le pasa, lo vive y reacciona a cualquier impulso. No está encerrado en un mundo ficticio, vive en un mundo real que comparte con todos. Los clowns no son personajes, son personas, los más humanos de los seres humanos. El actor interpreta un personaje, el payaso encarna el suyo propio.

No basta con maquillarse, ponerse un disfraz de ropas amplias de colores, una nariz y hacer muecas para ser payaso. Ser un verdadero clown es mucho mas que eso... Un verdadero payaso es aquel que no actúa, sino que es, que no se esconde tras la mascara del maquillaje o la nariz. Para ser un verdadero clown hay que ser honesto, desnudarse delante del publico, mirar y ver, escuchar, estar atento, aprovechar todo lo que ocurre a tu alrededor, no pensar sino accionar, invocar, evocar, provocar. Creer que se es payaso por ponerse una pelotilla roja en la nariz, un par de zapatos desmesurados y aullar con voz aguda, es una ingenuidad de idiotas.

El ser payaso no se aprende, esta dentro de cada uno de nosotros, es tan solo cuestión de dejarlo salir, de desaprender lo aprendido, de desprendernos de las murallas que hemos edificado para “protegernos”, de derrumbar las mascaras que nos hemos ido poniendo, dejar aflorar al niño que todos llevamos dentro y abrir la puerta a la locura interna.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El experimento de Milgram.

El experimento de Milgram fue una serie de experimentos de psicología social llevado a cabo por Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale.


Los experimentos comenzaron en julio de 1961, tres meses después de que Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi en Alemania. Milgram ideó estos experimentos para responder a la pregunta: ¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices en el Holocausto sólo estuvieran siguiendo órdenes? ¿Podríamos llamarlos a todos cómplices?

viernes, 12 de noviembre de 2010

En busca de las no-enfermedades. Disease mongering

Henry Gadsden, ex director de la compañía farmacéutica Merck, dijo hace 30 años que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Con este concepto como principio fundamental, la industria intenta expandir los límites de las enfermedades, ampliando los parámetros del riesgo, publicitándolas e incluso rebautizando afecciones comunes con sonoros nombres.


Ahora las principales amenazas para la salud son el colesterol (cualquier cifra de colesterol), la osteoporosis de la mujer, la tristeza, la soledad, la timidez (rebautizada para la ocasión como fobia social), el luto, el complejo de Edipo, el niño inquieto, más recientemente el adulto revoltoso, la impotencia masculina, la calvicie, y en general cualquier causa de malestar.
Esta tendencia creciente a clasificar como enfermedades los problemas humanos pretende convencer a gente sana de que está enferma, y a gente levemente enferma, de que está muy enferma".

lunes, 8 de noviembre de 2010

La caja tonta.

La televisión es el primer sistema verdaderamente democrático, el primero accesible para todo el mundo y completamente gobernado por lo que quiere la gente. Lo terrible es precisamente lo que quiere la gente.