lunes, 12 de abril de 2010

Hacer reír para reír

Correcto, no es reír por reír, es reír para reír. Esto es lo que hacen los Payasos Sin Fronteras en medio mundo. En el último año he podido seguirles en la RD Congo, en sus actuaciones en los campos de desplazados del Kivu Norte (marzo de 2009) y en Haití en febrero de este año. Estos artistas, profesionales voluntarios, se encargan de construir espacios de entretenimiento en medio de la barbarie. Tal como suena. En los lugares donde pocos pensaríamos que la risa es necesaria, como lo son el agua, las escuelas o los hospitales… allí están ellos. En Haití, en decenas de campos para desplazados improvisados en cualquier lugar de Puerto Príncipe, donde decenas de miles de familias se hacinan esperando lo que en 200 años de independencia no les ha llegado, la música, los malabares, el teatro de payaso, los trucos de magia… revolucionan la vida y convierten ese espacio de tránsito permanente hacia no se sabe el qué, en un lugar donde la imaginación toma el poder. El poder de arrancar sonrisas de grandes y adultos. De generar complicidad entre vecinos, entre hombres y mujeres. El público se relaja, aplaude, se emociona, canta con los artistas, aportan sus instrumentos, salen a la pista a bailar y de repente la atmósfera cambia de color por un buen rato.