miércoles, 26 de enero de 2011

La historia de Europa y de América del Norte.

A pesar de la conversión al cristianismo, es una historia de conquistas, explotación, fuerza y subyugación. Casi no existe un periodo que no se caracterice por estos factores, ninguna raza ni clase se exceptúan. A menudo esto incluye el genocidio, como el de los indios norteamericanos, y ni aun las empresas religiosas, como las Cruzadas, son una excepción. Esta conducta ¿fue solo motivada por la economía y la política? ¿Los traficantes de esclavos, los gobernantes de la India, los asesinos de los indios, los ingleses que obligaron a los chinos a abrir sus territorios para importarles opio, los instigadores de las dos Guerras Mundiales y los que preparan la próxima guerra, son cristianos de corazón? O ¿quizá los dirigentes solo eran unos paganos rapaces, mientras que las grandes masas de la población seguían siendo cristianas?

Si fuera así, podríamos sentirnos contentos, por desgracia, no es así, seguramente los dirigentes eran más rapaces que sus seguidores, por que tenían más que ganar, pero no podrían haber realizado sus planes si el deseo de conquista y de victoria no hubiera sido (y sigue siendo) parte del carácter social.

miércoles, 19 de enero de 2011

El perro sabio.

Cierto día, un perro sabio pasó junto a una reunión de gatos.
Y viendo el perro que los gatos parecían estar absortos, hablando entre sí, y que no advertían su presencia, se detuvo a escuchar lo que decían.
Se levantó entonces un gran gato, grave y circunspecto, que miró a sus compañeros, y les dijo: "Hermanos, orad; y cuando hayáis orado una y otra vez, y vuelto a orar, sin duda alguna lloverán ratones del cielo".
Al oír esto, el perro rió para sus adentros, y se alejó de los gatos, comentando: "¡Ciegos e insensatos felinos! ¿No está escrito, y no lo he sabido siempre, y mis padres antes que yo, que lo que llueve cuando elevamos al cielo plegarias y súplicas son huesos, y no ratones?

viernes, 14 de enero de 2011

La dirección correcta.

Parece increíble que no se haya hecho un verdadero esfuerzo por evitar lo que parece un decreto final del destino. Aunque en la vida privada nadie, excepto un loco, permanecería pasivo ante una amenaza a su existencia, los encargados de los asuntos públicos prácticamente no hacen nada, y los que les han confiado su destino les permiten continuar inactivos.
¿Es posible que hayamos perdido el más fuerte de todos los instintos, el de conservación? Una de las explicaciones más obvias es que los gobernantes hacen muchas cosas que les permiten fingir que están actuando eficazmente para evitar una catástrofe: sus interminables conferencias, sus resoluciones y conversaciones sobre desarme causan la impresión de que los problemas se han identificado y que están haciendo algo para resolverlos, sin embargo, no hacen nada realmente importante; pero gobernantes y gobernados anestesien sus conciencias y su voluntad de sobrevivir, aparentando que conocen el camino y que avanzan en la dirección correcta.

jueves, 13 de enero de 2011

Máquinas...

La sociedad industrial desprecia la naturaleza, todas las cosas que no están hechas por máquinas, y los pueblos que no son fabricantes de máquinas. Hoy en día la gente se siente atraía por los objetos mecánicos, por el poder de las máquinas, por lo que no tiene vida, y cada ver más por la destrucción.
- Erich Fromm -

viernes, 7 de enero de 2011

Las cosas que nunca te dije.

En mi aldea natal vivían una mujer y su hija, que salían a caminar mientras dormían.
Una noche, cuando el silencio envolvía al mundo, madre e hija fueron caminando dormidas hasta que coincidieron en el jardín envuelto en un velo de niebla.
Y la madre habló primero, y dijo: “¡Al fin! ¡Al fin puedo decírtelo, mi enemiga! ¡A ti, que destrozaste mi juventud, y que has vivido edificando tu vida sobre las ruinas de la mía! ¡Tengo deseos de matarte!”
Luego, la hija habló, y en estos términos: “¡Oh mujer odiosa, egoísta y vieja! ¡Te interpones entre mi libertad y yo! ¡Quisiera que mi vida fuera un eco de tu propia vida marchita! ¡Desearía que estuvieras muerta!
En aquel momento cantó el gallo, y ambas mujeres se despertaron. La madre dijo, amablemente: “¿Eres tú, tesoro?” Y la hija respondió con la misma amabilidad: “Sí: soy yo, querida madre”.

martes, 4 de enero de 2011

Tal como eres.

Un Rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
—¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
La flor contestó:
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda.