sábado, 22 de mayo de 2010

Se venden niños pobres para padres ricos

En los últimos años se ha producido un aumento considerable del número de familias de países ricos interesadas en adoptar niños y niñas de otros países.
La gente ve a los niños en los orfanatos y siente una pena tremenda, si no hubiera tantas adopciones internacionales, no habrían tantos niños en orfanatos. La mayoría está ahí porque hay mucha gente dispuesta a pagar mucho dinero por ellos.
Hay padres que creen que sus hijos se van a estudiar al extranjero, y sólo después se dan cuenta de que han renunciado a todos sus derechos sobre ellos y de que no van a volver nunca más.
Los pobres emiten, los ricos reciben y, hoy por hoy, es prácticamente imposible saber si el proceso ha sido legal y si en él se han respetado los derechos del menor.
Los expertos coinciden en que no hay mejor sitio para un niño que allí donde ha nacido. A lo mejor ese niño tiene una familia que lo quiere, hay gente que es tan inocente como para creer que un niño sólo puede ser feliz en el bienestar material que le otorga un país desarrollado.
Aquí se mueve mucho dinero, y ése es el problema. Estamos ante una venta sistemática de niños pobres con el único objetivo de satisfacer los deseos de parejas ricas. Si alguien gana dinero tramitando una adopción, es tráfico de menores.
Pero, sobre todo, que todo niño tiene derecho a saber la verdad. Y que si la verdad es: “sabes, en su día pagamos 20.000 euros por ti”, eso, no hay familia que lo soporte.

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